El dolor lumbar en ocasiones puede acompañarse de sensaciones desagradables en forma de hormigueo llamadas “parestesias” que pueden ir desde un cosquilleo hasta una sensación de ardor o quemazón. Estas formas de dolor pueden ser muy molestas y perturbar las actividades de nuestra vida cotidiana, nuestra calidad de vida y nuestro estado de ánimo.
En la mayoría de los casos, la sensación de ardor traduce una afectación de alguna terminación nerviosa, bien por “pinzamiento” (compresión de un nervio) o por enfermedades como la esclerosis múltiple o las neuropatías centrales o periféricas. En casos más raros, puede tratarse de un problema renal, infección de la columna o un tumor.
Cuando la irritación de terminación nerviosa es de origen mecánico (excluyendo enfermedades inflamatorias), varios problemas estructurales pueden provocar dolor en la espalda:
El dolor que baja por la pierna puede acompañarse también por una pérdida de sensibilidad a lo largo del trayecto del dolor. El dolor es más o menos incapacitante dependiendo de la intensidad del dolor. La intensidad del dolor no es, en sí misma, un signo de gravedad.
También podemos observar una disminución de los reflejos de la rodilla o del talón (buscados con el martillo de reflejos) que no corresponde a un signo de gravedad.
Dos situaciones mucho más raras se traducen en un daño más severo del nervio y deben consultarse con urgencia:
Debes buscar ayuda médica si experimentas entumecimiento u hormigueo, o si el dolor de espalda:
Instituto Francés de Columna Biziondo