La columna vertebral es una estructura compleja que proporciona soporte al tronco y permite el movimiento. Está compuesta por una serie de huesos llamados vértebras, que se apilan uno encima del otro. Las vértebras están divididas en diferentes regiones: cervical, torácica, lumbar y sacra. La región lumbar está compuesta por cinco vértebras, que se conocen como vértebras lumbares, y descansa sobre el sacro.
Entre cada vértebra se encuentra un disco intervertebral que sirve de amortiguador y proporciona flexibilidad a la columna vertebral. Cada disco está compuesto de dos partes: una central o núcleo pulposo y otra periférica o anillo fibroso. El anillo fibroso sirve de envoltorio del núcleo pulposo y ayuda a mantenerlo en su lugar.
La hernia discal lumbar ocurre cuando el anillo fibroso se fisura o rompe, usualmente debido a un desgaste o lesión. Cuando esto sucede, una parte del núcleo pulposo se escapa del anillo y puede comprimir el nervio que se encuentra dentro del canal vertebral. Esta compresión nerviosa puede causar dolor, debilidad y entumecimiento en la parte baja de la espalda y las piernas.
Es decir, la hernia discal lumbar es una afección en la que el material del núcleo pulposo se desplaza fuera de su posición normal y puede comprimir las raíces nerviosas cercanas. Esto puede causar dolor y otros síntomas en la parte baja de la espalda y las extremidades inferiores.
Al comprimir el nervio, algunos síntomas de la hernia discal lumbar son:
*La importancia de las parálisis (parcial o total) es la que dicta la gravedad de la hernia.
Para diagnosticar la hernia discal lumbar, lo primero que se realiza es un examen físico en el que se evalúa la sensibilidad y se verifica si hay debilidad, entumecimiento o disminución de los reflejos en las extremidades inferiores. Además, se pueden realizar pruebas sencillas, como pedirle al paciente que camine, se ponga de puntillas o se agache para observar la movilidad y la fuerza muscular. Este examen ayuda al médico a determinar si los síntomas son consistentes con una hernia discal lumbar y si es necesario realizar pruebas adicionales.
El diagnóstico definitivo de una hernia discal lumbar se realiza mediante pruebas de imagen, como la Resonancia Magnética Nuclear (RMN) o la Tomografía Axial Computarizada (TAC o Scanner). Estas pruebas permiten obtener imágenes detalladas de la columna vertebral y los discos intervertebrales, lo que ayuda a identificar la ubicación y el tamaño de la hernia discal.
En muchos casos, si no hay afectación neurológica importante, como parálisis o pérdida de control de la vejiga o el intestino, no hay urgencia para realizar estas pruebas de imagen. Sin embargo, si los síntomas son graves o persisten a pesar del tratamiento conservador, es probable que el médico solicite una RMN o TAC para confirmar el diagnóstico y planificar el tratamiento.
Una vez realizadas las pruebas de imagen, el médico las analizará para identificar la hernia discal lumbar y determinar la causa del dolor del paciente. La ubicación y el tamaño de la hernia, así como la presencia de compresión nerviosa, son factores clave para decidir el tratamiento más adecuado. En algunos casos, puede ser necesario realizar pruebas adicionales, como una electromiografía, para evaluar la función de los nervios afectados.
En resumen, el diagnóstico de la hernia discal lumbar se realiza mediante un examen físico, seguido de pruebas de imagen como la RMN o TAC, que permiten visualizar la hernia y explicar el dolor del paciente. El tratamiento se determina en función de la ubicación y el tamaño de la hernia, así como de la presencia de compresión nerviosa y otros factores individuales del paciente.
En algunos casos las hernias discales se curan solas , es importante saber que se puede curar una hernia de disco sin cirugía, de hecho más del 80% de las hernias discales se pueden curar en menos de 2 meses con tratamiento médico. Éste comprende medicamentos contra el dolor y en ocasiones morfina. Podemos asociar antiinflamatorios y relajantes musculares. La asociación de estos 3 medicamentos es la base del tratamiento conservador y es el único que hasta el momento ha demostrado una prueba formal de su eficacia. En caso de parálisis, siempre comenzamos con tratamiento médico.
Otros tratamientos que se asocian frecuentemente:
Es durante esta espera de 6-8 semanas (salvo caso de urgencia) que las hernias podrían producir sintomatología dolorosa y que no se han desaparecido, por lo que se puede comenzar a pensar en una intervención quirúrgica. Ciertas hernias lumbares son dolorosas mismo pasado algunos meses de evolución y pueden dañar el nervio por haberlo comprimido y llegar a producir lesiones definitivas y difícil a tratar.
En algunos casos como se mencionaba con anterioridad, es necesario recurrir a una cirugía de columna para hernia de disco y así dar una solución al dolor en la columna del paciente. Esperar mucho sin valorar una intervención nunca es una buena solución. Muchos pacientes suelen tener miedo de someterse a intervenciones de columna vertebral, es normal, considerando la cantidad de mitos que existen alrededor de esta. La cirugía de hernia discal, no implica ningún riesgo mayor diferente al de cualquier intervención quirúrgica.
Dentro de algunas cirugías de columna para la hernia discal lumbar están:
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Instituto Francés de Columna Biziondo