El temprano diagnóstico y tratamiento de una protrusión lumbar puede no solo detener la degeneración sino también prevenir el desarrollo de una hernia discal, mucho más difícil de manejar.
La columna no es solo hueso (las vértebras), sino además, una estructura dinámica con varios componentes, y uno de ellos son los discos intervertebrales.
Estos discos se componen de cartílago resistente y tienen como principal función unir a una vértebra con la otra. Si no fuera por ellos, sería imposible mover la espalda, sería como tener atada una vara a la parte posterior del cuerpo y evidentemente, sería también imposible agacharnos y mantener el equilibrio.
Caso todo el peso del cuerpo recae en la columna, por ello, esta estructura es tan importante. Sin embargo, en algunas ocasiones, estos discos intervertebrales pueden degenerarse (proceso conocido como artrosis) y producir debilitamiento del tejido cartilaginoso.
Una protrusión de disco lumbar ocurre cuando el anillo fibroso (o externo) se hace incapaz de mantener su forma ante la presión y cede, abombándose hacia afuera, casi siempre hacia el conducto medular (produciendo estenosis) o compresión nerviosa. De ahí se deriva el dolor y el resto de síntomas.
El proceso natural de envejecimiento trae consigo una pérdida de agua en el tejido cartilaginoso de los discos intervertebrales, sin embargo, ¿Qué hace que una persona anciana no tenga protrusión lumbar pero una joven sí?
Bien, además de la desecación por el envejecimiento (que dispone en gran medida al desarrollo de protrusión lumbar) existen diversos factores desencadenantes como:
Siempre que el disco protruido no comprima la médula espinal o los nervios que emergen de ella, la protrusión será indolora y probablemente pase desapercibida.
Los síntomas que se asocian a una compresión de nervios por protrusión lumbar son:
Estos síntomas tienen que ser evaluados de forma correcta y oportuna por un especialista en columna.
El diagnóstico consiste en una adecuada entrevista médica en la que se recaben datos importantes sobre el paciente: características y duración del dolor, antecedentes de enfermedades previas, estilos de vida, actividades que desempeña, etc.
Además, el médico evaluará la movilidad articular del cuello, los sitios de dolor y la posible ubicación de la lesión. Pero el diagnóstico no estará completado hasta que se realice una imagen de resonancia magnética, para examinar el grado de compresión nerviosa.
El tratamiento de la protrusión lumbar en sus etapas iniciales corresponde a:
Lo más importante para resolver sus problemas en la espalda, es que se ponga en manos de un equipo de especialistas de columna vertebral.
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Instituto Francés de Columna Biziondo