Cuando hablamos de artrodesis nos referimos a fijar varios segmentos de la columna vertebral, para ello se utilizan tornillos pediculares asociados a unas barras que pueden adoptar la forma de la columna.
Suele ser necesario realizar una artrodesis con tornillos en patologías como la espondilolistesis, la espondilosis y la escoliosis. En general es necesaria cuando existen inestabilidades importantes en algunos segmentos de la columna.
También pueden funcionar en discopatías degenerativas, siempre que se acompañen de un disco intersomático.
Es el problema más habitual en cirugía de columna.
La colocación de tornillos sin discos no funciona correctamente en aproximadamente un 40% de los casos, porque por un lado al bloquear mucho ese segmento envía mucha carga de trabajo a los discos adyacentes y por otro porque en demasiadas ocasiones los tornillos o bien se parten, o bien crean holgura y micromovimiento dentro de las vertebras. pudiendo ser muy doloroso.
Los pacientes temen perder movilidad en su columna después de una artrodesis, aunque esto no es verdaderamente así. El 90% del trabajo de inclinarnos lo realizan las caderas. Por eso ante una cirugía con artrodesis los riesgos son más la holgura que provocan los tornillos y la carga de trabajo a niveles adyacentes. Por eso no nos cansamos de repetir que una artrodesis indicada al paciente adecuado después de un buen diagnostico es una buena solución siempre que se coloque una caja o disco intersomático.
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Instituto Francés de Columna Biziondo